Por: Enmanuel Peña Feliz- Centro de Producción de Contenido-UDECA
El pasado jueves 30 de mayo, la Iglesia Católica celebró la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, conocida como Corpus Christi. Esta festividad se conmemora el jueves siguiente al Domingo de la Santísima Trinidad, habiendo sido instaurada en 1264 por el Papa Urbano IV tras verificar el milagro eucarístico de Bolsena (Italia, siglo XII).
En la República Dominicana, diversas diócesis y comunidades parroquiales festejaron estas solemnidades con la Santa Misa, procesiones con Jesús sacramentado y, en muchas ocasiones con la primera comunión de niños, niñas y adolescentes.
Mensajes Comunes de la Homilía
Durante las homilías, tanto para los presentes como para quienes seguían la celebración por medios de comunicación, se resaltaron varios puntos clave. Se destacó que la fiesta de Corpus Christi es una de las solemnidades más importantes para la Iglesia Católica, recordando la presencia real de Jesús en la Eucaristía bajo las especies de pan y vino. Se exaltó el espíritu de unidad eclesial, fraternidad y hermandad, ya que Jesús se dona en la Eucaristía por la unidad de la Iglesia. Quien recibe la Eucaristía debe comprometerse a llevar este mensaje a su familia, comunidad, trabajo y sociedad en general.
Llamado a la Caridad y la Justicia
Los sermones también hicieron un llamado a la práctica de la caridad y a la lucha por una sociedad más justa. Se enfatizó la importancia de compartir en fraternidad y comunión, dando de comer a los demás y esforzándose por la justicia social. Los predicadores identificaron los abusos y la indiferencia ante el sufrimiento de millones de personas privadas de pan, justicia y dignidad. Señalaron que la celebración de la Eucaristía debe ser un impulso para el compromiso personal en la vida cristiana y en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
Historia y Milagro de Bolsena
En el siglo XIII, el sacerdote Pedro de Praga dudó de la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Peregrinó a Roma para pedir la gracia de la fe y, a su regreso, celebró la Santa Misa en Bolsena. Durante la consagración, la hostia comenzó a sangrar, un hecho registrado tanto en el corporal como en el altar. Este milagro se apoyó en el dogma de la transubstanciación, promulgado por el IV Concilio de Letrán en 1215, que afirma que el pan y el vino cambian de sustancia durante la consagración y se convierten en el Cuerpo y Sangre de Jesús.
Fe Reafirmada
La solemnidad de Corpus Christi reafirma públicamente la fe en Jesús presente y real en la Eucaristía, evocando el Jueves Santo, cuando Jesús instituyó la Eucaristía la víspera de su pasión. Esta celebración invita a todos los cristianos a reflexionar sobre su fe y a comprometerse con los valores del Evangelio en su vida diaria, trabajando por la unidad, la justicia y la caridad en sus comunidades y en el mundo.