A propósito de las medidas anunciadas por el Estado dominicano sobre las deportaciones masivas de ilegales haitianos, como pastores del pueblo de Dios, quisiéramos compartir algunas consideraciones. Sentimos la urgencia de reflexionar, a la luz de las Escrituras y de la doctrina social de la Iglesia, sobre este delicado tema que interpela nuestras conciencias y nuestra fe.
Pedimos al Señor que nos conceda a todos, la sabiduría para discernir su presencia en los migrantes, y la valentía para actuar conforme a su voluntad, construyendo puentes de esperanza y fraternidad.
Consejo Permanente
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