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Este miércoles 25 de septiembre inició la campaña de otoño 40 Días Por La Vida Santo Domingo donde por 9na. ocasión se une a cientos de ciudades en todo el mundo para participar de la movilización provida coordinada más grande y larga de la historia. La misma se extenderá hasta el domingo 3 de noviembre frente al Congreso Nacional, en horarios de lunes a viernes de 7:00 a.m.-6:00 p.m. y sábados y domingos de 7:00 a.m.-4:00 p.m.

La campaña inició con un acto de bendición a cargo del Reverendo Padre Mario De La Cruz Campusano, vicario episcopal de la Pastoral Familia y Vida, quien además es asesor espiritual de 40 Días por La Vida Santo Domingo. También, contó con la presencia de voluntarios, feligreses de la parroquia Divina Providencia de Arroyo y la directora de campaña, la señorita Martharís Rivas.

40 días por la Vida es una campaña provida centrada en 40 días de vigilia pacifica, oración y ayuno, frente a centros de abortos, plazas públicas, instituciones públicas y de alcance comunitario.  En esta campaña oramos por nuestras autoridades gubernamentales y legisladores que tienen en sus manos la aprobación de un código penal que acoja, defienda y proteja la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, tal como lo consagra nuestra constitución en su artículo 37. Oramos también por la sanación espiritual de las mujeres que han abortado, por las mujeres que pasan por dificultades en su embarazo, y por todo el pueblo dominicano en general para que siempre defienda la vida, especialmente de los que no tienen voz, de los más indefensos.

40 Días por la Vida ya ha generado resultados sin precedentes en la lucha por la vida. “Desde que la campaña comenzó en el 2004, más de 1000 ciudades se han unido para participar en las campañas de 40 Días por la Vida. Los esfuerzos de cientos de miles de personas de fe han ayudado a hacer una tremenda diferencia. Numerosas ciudades han reportado un descenso significativo en el número de abortos, se han reportado 24, 894 vidas salvadas, 155 clínicas de aborto han cerrado sus instalaciones y otras han reducido el número de horas operacionales, 263 trabajadores de clínicas de aborto han renunciado a sus trabajos. Nuevos voluntarios se unen a los esfuerzos locales próvida. Iglesias de diferentes denominaciones se unen para trabajar por el fin del aborto en sus ciudades.  Muchas mujeres que sufren después de un aborto toman la iniciativa de buscar sanación al dolor causado por esta decisión.