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01abr.

“Similitud de las 7 Palabras”

Por: Enmanuel Peña Feliz,  Centro de Producción UDECA

Algunas similitudes encontradas durante la meditación de las siete (7) Palabras de Jesús en la Cruz, tomando como referencia la Catedral Primada de América, Catedral Santiago Apóstol y la Basílica Nuestra Señora de la Altagracia.

En la primera palabra, concordaron en el perdón ante la cultura del descarte, el aborto y su propaganda, con la finalidad de reducir la humanidad. La estadística del 2022 refleja que se cometieron 72 millones de abortos en el mundo.

Pidieron perdón por los que quieren destruir la fe, y que a Ellos la Iglesia fundada por Jesús, les pueda ofrecer la salvación, ya que Dios olvida el pecado de cada persona, y no rechaza a pesar de haberle fallado, cuando amamos a Dios y al cercano estamos sintiendo pasión con Dios y compasión por la humanidad.

En la segunda palabra, relatan que el origen de la criminalidad proviene de los placeres, necesidad y apariencia; siendo expresión de egoísmo que conduce a la muerte y nos separa de la realidad de ser hijos de Dios, y la fraternidad humana. Jesús usó el adverbio hoy, hoy ha llegado la salvación, por tanto el hoy manifiesta esperanza como día definitivo de salvación y por ellos Jesús, responde al buen ladrón ofreciéndole el paraíso.

Clamaron para que en la sociedad, la familia sepa escucharse mutuamente. Que la Iglesia nunca pierde el sentido de escuchar a aquellos que claman, que los que gobiernan también sepan escuchar el dolor y sufrimiento de tantos pobres y sediento de agua y pan en la actualidad.

Mientras que en la tercera palabra, reflexionaron sobre el papel de María y por qué es llamada Madre de todos los vivientes que han nacido de nuevo, del agua y del Espíritu, fruto de la Pascua de Cristo.

Durante la reflexión a la cuarta palabra, coincidieron en que Jesús experimentó el abandono de Dios en su muerte por causa de los pecados de la humanidad, en procura de su salvación. Por lo que la iglesia, invita al deleite de la resurrección del Señor, tras pasar por el momento de la Cruz, entrando en el gozo de la vida eterna.

En cambio en la quinta palabra Jesús muestra la sed de desempeñar la voluntad del padre en la vida de cada ser humano, traduciéndose este clamor, en principio de vida.

Una sed patente de la verdad, protección, paz y otras que se reconocen sedientas de santidad, sedientas de Dios, sed de una convivencia pacífica por el manejo temerario y respecto por las señales de tránsito.

En la sexta palabra, Jesús manifiesta que su misión está cumplida, con su entrega a la voluntad del Padre. Por ellos los seguidores de él, estamos llamados a exigir justicia por los más débiles y abusados ​​y reclamar con pasión antes los que sufren, construyendo comunidad donde se viva de acuerdo al proyecto de Jesús.                                                                                                                         

La séptima y última palabra, fue un acto de confianza de Jesús hacia el Padre, por los que debemos volver a él, en oración para que se haga presente esa confianza del Padre en cada ser humano. Su muerte es un signo y prueba de su perfecto amor a la humanidad.

También pidieron educar a los niños en valores, enseñándoles el evangelio, a la vez que la sociedad proporcione a los jóvenes un entorno más adecuado, más de empleo y formación.

Dios es fiel y leal, él mantiene su promesa y su alianza, a pesar de nuestros olvidos y pecados.

Estas reflexiones fueron realizadas por sacerdotes, diáconos, hermanas consagradas y lacios, el pasado viernes santo (29 de marzo) conmemorando la muerte de Jesús y sus últimas palabras, en la cruz.

Las 7 Palabras de Jesús en la Cruz:

  • Padre, Perdónalos que no saben lo que hacen (Lc 23, 34)    
  • Te lo aseguro hoy estará conmigo en el paraíso (Lc 23, 43) 
  • Mujer ahí tiene a tu hijo, Ahí tiene a tu madre (Jn 19, 26-27)
  • Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? (Mt 27, 46) 
  • Tengo sed (Jn 19, 28)                                                                            
  • Todo está consumado” (Jn 19,30)                                                           
  • Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (Lc 23,46)
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