Si en verdad podemos invocar a Dios, llamándolo Abad es decir Padre, es porque el Espíritu Santo, habita en nosotros y nos otorga esa facultad, él es quien nos transforma profundamente y nos hace experimentar la alegría conmovedora de sabernos y sentirnos amado por Dios, como verdadero hijo suyo.
Por: El Rvdo. P. Kennedy Rodríguez Montes de Oca &nb...
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Como elegidos y amados por Dios, estamos llamados a vivir «como conviene a los santos» a...
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